Muchas historias de éxito, pero todavía le falta el éxito más grande 

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MINNESOTA VIKINGS

Durante los primeros 25 años de existencia, Minnesota Vikings estuvieron consistentemente en la cima de su división y, por lo tanto, fue uno de los equipos con más playoffs. Además, sólo 4 equipos tienen más apariciones en Super Bowl que Minnesota, participaron en 4 (IV, VIII, IX y XI).
Todo comenzó en las Ciudades Gemelas en agosto de 1959, cuando 5 hombres de negocios de Minnesota recibieron una franquicia en la nueva American Football League. Pero 5 meses después, en enero de 1960, el mismo grupo de dueños de Bill Boyer, Ole Haugsrud, Bernie Ridder, H.P. Skoglund y Max Winter devolvieron la membresía de la AFL y luego recibieron la franquicia en la National Football League que comenzaría a jugar en 1961.
Quizá no exista equipo alguno en la historia que tenga un debut más espectacular que los Vikingos de Minnesota en su primer juego, el cual ocurrió el 17 de septiembre de 1961.
El novato Fran Tarkenton hizo un debut único cuando salió de la banca para lanzar 4 pases de touchdown y corrió para otra anotación y encabezar a Vikings a una aplastante victoria 37-13 sobre los históricos Chicago Bears.
En 1986, Tarkenton se convirtió en el primer jugador en la historia de los Vikingos en ser entronizado al Salón de la Fama de Fútbol Americano Profesional.
El primer equipo de administración de Minnesota estaba encabezado por el gerente general Bert Rose y el head coach Norm Van Brocklin.
Desde el inicio, Vikings sostuvieron un programa de mercadotecnia muy activo que produjo un primer año de venta de boletos para toda la temporada de 26,000 y un promedio de asistencia en casa de 34,586, alrededor del 85 por ciento de la capacidad de Metropolitan Stadium con 40,800 de aforo. Eventualmente, la capacidad del estadio fue aumentada a 47,900.
El 6 de agosto de 1960, el diario Minneapolis Tribune reportó que el equipo se nombraría “Minnesota” en lugar del nombre de las ciudades gemelas “Minneapolis-St. Paul” y que había varios posibles motes como los “Chippewas”, “Miners”, “Vikings” y “Voyageurs”.
El nombre de Vikingos fue determinado oficialmente el 27 de septiembre de 1960 y reflejaba el lugar de Minnesota como un centro de la cultura americo-escandinava.
El logo de los cuernos que ha utilizado siempre el equipo, junto con el casco y los uniformes morados con oro fueron diseñados por un cartonista del diario Los Angeles Examiner, Karl Hubenthal, quien siguiendo la sugerencia de Bert Rose, gerente general del equipo, buscó utilizar los colores de la Universidad de Washington, donde estudió Rose.
Rose renunció a su puesto en 1964 y Van Brocklin se fue abruptamente en la primavera de 1967.
Los Vikingos se fueron a Canadá a buscar sus remplazos. Jim Finks, entonces gerente general de Calgary Stampeders, fue nombrado el gerente general de la franquicia.
Bud Grant, head coach de Winnipeg Blue Bombers, se convirtió en el nuevo líder en el campo de los Vikingos.
El éxito de Vikings durante las siguientes 2 décadas siempre estuvo encabezado por la imagen del rostro sin gestos de Grant en la banca del campo congelado del Estadio Metropolitano.
En el segundo año de Grant como entrenador, la franquicia comenzó una racha de 11 títulos divisionales en 13 años. Ganaron el Campeonato de la NFL en 1969 y los títulos de la Conferencia Nacional en 1973, 1974 y 1976.
Grant se retiró en 1983, pero regreso durante 1985, antes de oficializar su retiro permanente. Dejó el fútbol americano profesional en la NFL con marca de 168-108-5, siendo el 8º head coach más ganador en la historia.
En 1982, los Vikingos dejaron el viejo Metropolitan Stadium para tomar como casa el moderno Hubert H. Humphrey Metrodome, con una capacidad para 63,000 espectadores.
En el moderno estadio con techo inflable, siguieron disfrutando de una marca ganadora de .600.
Regresando a los años 70s, Minnesota era uno de los equipos potencia en la NFL, pero siempre les faltó ganar los partidos importantes. No obstante, la generación de jugadores de gran calidad, que terminaron en Canton, Ohio, fue impresionante.
Además de Tarkenton, brillaron especialmente los linieros defensivos, mejor conocidos como “Purple People Eater”, encabezados por Alan Page, quien estaba acompañado por Carl Eller, Gary Larsen y Jim Marshall. Ese nombre surgió de una canción popular de 1958 y haciendo referencia a la eficiencia de la defensiva y el color de sus uniformes, y el lema de estos jugadores era “Meet at the quarterback” (Nos reunimos en el quarterback), ya que eran linieros muy destacados que producían muchas capturas a los pasadores rivales.
Page fue un jugador especial, ya que fue el primer jugador defensivo en ser nombrado MVP de la NFL en 1971, además de que fue nombrado 9 veces Pro Bowl, de 1968 a 1976. En el Salón de la Fama lo acompaña Eller, quien fue 6 veces Pro Bowl, mientras que Larsen sólo estuvo 2 veces en el Tazón Profesional. El caso de Jim Marshall puede ser recordado de forma distinta, por un partido en el que recuperó un fumble y corrió más de 70 yardas hacia su propia zona de anotación en una de las jugadas más mencionadas en la historia de la NFL, pero hay gran crítica porque Marshall no tenga un busto en el “Recinto de los Inmortales” en Canton, Ohio.
Si bien Minnesota podía competir contra cualquier equipo, parecía que los viejos fantasmas regresaron a cobrarles una cuota por haber renunciado a ser una franquicia de la AFL, una vez que ambas ligas se unificaron en 1970.
Justamente, el Super Bowl IV, el último bajo el viejo esquema de un partido que definiera un campeón de ambas ligas (NFL y AFL), les cobró el karma por uno de los pioneros y fundadores de la AFL, Lamar Hunt, quien era el dueño de Kansas City Chiefs, y los derrotaron 23-7.
Entre 1973 y 1976, la NFC parecía estar totalmente dominada por Minnesota, con 3 apariciones en Super Bowl en 4 años. Pero nuevamente parecía que el haber rechazado a la AFL en 1960, se hizo presente con 3 derrotas.
El Super Bowl VIII fue quizá la exhibición más perfecta de ejecución y dominio por parte de un equipo sobre otro en el “Juego Grande de la NFL”, y Miami Dolphins vapuleó 24-7 a los Vikingos, siendo sus 4 frontales (incluyendo a Page) por Jim Langer, Larry Little, Bob Kuechenberg y el corredor Larry Csonka.
Un año después, sería el debut del “Equipo de la Década (70s)”, y en el Super Bowl IX, la “Cortina de Acero” dominó a Tarkenton y compañía para derrotarlos 16-6.
En 1975, Vikings perdió en playoffs ante Dallas, pero volvería a representar a la NFC en el Super Bowl XI, sólo que en esta ocasión fue Oakland Raiders, otro equipo fundador de la AFL en 1960 y quien irónicamente tomó el lugar dejado por Minnesota, que los apaleó 32-14.
Jugadores como Chuck Foreman, Page, Tarkenton y Ahmad Rashad, y un gran coach como Bud Grant, se tuvieron que ir del fútbol americano profesional sin conocer el sentimiento de un campeonato de Super Bowl.
Después del gran éxito de los años 70s, el equipo tardó hasta finales de la siguiente década en volver a ser competitivo con apariciones a playoffs.
La temporada 1987 se quedaron en la orilla de ir al Super Bowl XXII perdiendo la Final de la NFC ante Washington 17-10, siendo ya entrenados por el señor Jerry Burns, y comandados por el quarterback Wade Wilson. Destacaba la presencia del receptor Anthony Carter y de los linieros Kirk Lowdermilk, Greg Koch, Tim Irwin y Gary Zimmerman, quien terminó formando parte del Salón de la Fama. La defensiva estaba igualmente protagonizada por estrellas como Chris Doleman, Keith Millard, Jesse Solomon y Joey Browner.
Este grupo de jugadores sorprendieron en playoffs a los dos mejores equipos de la temporada regular. Minnesota visitó y humilló 44-10 a New Orleans, y una semana después dominó por completo a los 49ers en San Francisco con todo y Joe Montana, derrotándolos 36-24.
Un equipo espectacular, bien entrenado, motivado, pero lamentablemente no le alcanzó para ir a otro Super Bowl. En 1988 y en 1989 ya no fue lo mismo, a pesar de haber calificado a la postemporada nuevamente.
También los Vikingos serán recordados en la historia como el equipo que quedó del lado negativo del “trade” más impactante de la NFL que involucró a 18 jugadores y 13 fueron cedidos por Minnesota, cuando creían que la única pieza que les faltaba para regresar al Super Domingo era el corredor Herschel Walker. A partir de esa negociación, Dallas Cowboys armó su equipo y durante los siguientes 5 años, terminó ganando 3 Super Bowls, mientras que Minnesota se tuvo que conformar con 3 apariciones en playoffs en los siguientes 6 años, con 3 salidas en su primer partido.
El grupo de dueños de los Vikings se reestructuró el 16 de diciembre de 1991. Irwin Jacobs y Carl Pohlad vendieron su participación. El equipo era propiedad en ese momento de 10 personas: Roger Headrick (CEO y presidente del equipo), John Skoglund (su familia había sido parte dueña desde que se fundó el equipo), Jake Dyer, Philip Maas, Mike Lynn, Wheelock Whitney, James Binger, Bud Grossman, Elizabeth MacMillan y Carol Sperry.
En 1992, Minnesota nombró a Dennis Green como su head coach y comenzó a montar un equipo con talento joven con jugadores como John Randle y Rich Gannon, junto con algunos como Cris Carter, quien había llegado un año antes, pero no les alcanzó para mucho.
En la búsqueda de un quarterback estelar, Green se llevó a Warren Moon en 1994 y nuevamente la expectativa creció enormidades, pero nuevamente los Vikingos se quedaron muy lejos de lo pronosticado.
Antes del inicio de la temporada 1998, la franquicia fue vendida a Red McCombs, ya que la NFL no estaba contenta con el arreglo de propiedad de los Vikings con 10 dueños, siendo que ninguno de ellos tenía el 30 por ciento, y se tomó la determinación de vender el equipo. Al principio, parecía que el famoso y reconocido escritor Tom Clancy sería el nuevo dueño, sin embargo, no se pudo concretar, así que en julio de 1998 se hizo la transacción con McCombs.
Como amuleto o suerte de principiante, el equipo de McCombs, con Randall McDaniel en la línea ofensiva, Randall Cunningham como quarterback, Robert Smith como corredor y el novato Randy Moss en la posición de receptor, Minnesota terminó con marca de 15-1, la mejor en su historia.
Moss se convirtió en la sensación, especialmente en un partido de jueves de Día de Gracias en el que destruyó a los Vaqueros e hizo notar su presencia ante una audiencia nacional.
Minnesota parecía una franquicia encaminada al Super Bowl, pero volvieron a fracasar, esta vez en el Metrodome, en el Juego de Campeonato de la Conferencia Nacional y con la ventaja 27-20, el “perfecto” hasta ese momento Gary Anderson falló un gol de campo corto y permitió a que Atlanta Falcons montara una serie ofensiva que terminó en touchdown para empatarlos y posteriormente perder en tiempo extra en uno de los reveses más dolorosos, quizá el peor, para los aficionados de los Vikingos.
Finalmente, McCombs vendió la franquicia a un grupo encabezado por Zygi Wilf en mayo de 2005. Como siempre fue la historia de Minnesota Vikings, los dueños tuvieron sus problemas. Wilf iba a ser un socio limitado de Reggie Fowler, pero no pudo comprar el equipo, entonces Wilf se convirtió en el dueño principal y Fowler en uno de los socios del grupo nada más.
En 2009, con la firma de Brett Favre como agente libre, la esperanza de ir al Super Bowl era nuevamente enorme. Los Vikings cumplieron con una temporada de playoffs y llegaron a otro Juego de Campeonato de la NFC ante un equipo que siempre había cargado con mala suerte como New Orleans.
Con un jugador sumamente talentoso como Adrian Peterson, quizá uno de los mejores corredores que se han visto en este milenio, Minnesota tenía el partido empatado 28-28 cuando Favre cometió uno de sus tradicionales errores al lanzar una intercepción infantil que permitió que Saints montara una serie que terminó en gol de campo y nuevamente los Vikingos se quedaban muy cerca.
La baja de juego, aunado a un Metrodome, que literalmente se vino abajo en una nevada, provocó que los Vikings pasaran un par de temporadas complicadas jugando en el exterior y en la Universidad de Minnesota a pesar de ir a playoffs ya siendo dirigidos por el head coach Mike Zimmer, tuvieron otra derrota dolorosa en casa, en esta ocasión en primera ronda ante Seattle.
Una vez que estrenaron el U.S. Bank Stadium en 2016, una maravilla de la arquitectura con forma de un barco vikingo, con la mitad del techo de puro material translúcido con valor de 1,061 millones de dólares, las cosas comenzaron a tomar su curso normal, para que, al año siguiente, se diera el “Minneapolis Miracle”.
Un juego de ir y venir, espectacular en la ronda divisional, que con el reloj en 0:00, Case Keenum encontró a Stefon Diggs para lograr una muy improbable anotación y dejar tendidos a los Saints. Quizá uno de los momentos más emocionantes en la historia de la franquicia y de la misma NFL.
Una semana después, Philadelphia se encargó de apalearlos en el Juego de Campeonato de la NFC, quienes se coronaron en la casa de los Vikingos un par de semanas después en el Super Bowl LII.

CONTINUARÁ …