El protagonista perfecto de la NFL que sigue buscando ser relevante en el nuevo milenio

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MIAMI DOLPHINS

No existe un club de fútbol americano profesional en la historia que haya avanzado más rápido de los primeros años de estar en el sótano que enfrenta todo equipo de expansión a obtener el logro más alto en su deporte que no sean los Miami Dolphins, que tan sólo requirieron un periodo inicial de 6 años entre 1966 y 1972 para ser campeones.
En 1966 comenzó su vida en el fútbol americano profesional como el 9º equipo de la American Football League, y 6 años más tarde, Miami se convirtió en el primero, y hasta el momento único equipo de la National Football League en registrar una temporada perfecta, solamente victorias sin derrotas, en temporada regular, en postemporada y en el Super Bowl (o Juego de Campeonato de la NFL, previo a la campaña 1970).
Los Delfines de 1972 terminaron 14-0 en la campaña regular y obviamente conquistaron el campeonato de la División Este de la Conferencia Americana, y después de 2 partidos de playoffs más cerrados de lo que se hubiera esperado, en los que derrotaron 20-14 a Cleveland y 21-17 a Pittsburgh, obtuvieron su boleto al Super Bowl VII, donde dispusieron 14-7 de Washington Redskins.
Miami completó así la “Temporada Perfecta” (sin derrotas, sin empates) de 1972 con registro de 17-0.
Los Dolphins, que fueron fundados por Joseph Robbie, también tuvieron un inicio perfecto desde su primer partido en la temporada 1966 de la AFL, cuando el corredor Joe Auer devolvió la patada de kickoff inicial 95 yardas para touchdown contra Oakland Raiders. Aunque la realidad regresó rápidamente a Miami en el mismo encuentro, ya que Oakland vino de atrás para ganar dicho encuentro y los Delfines terminaron su primera campaña con marca de 4-10.
Los Dolphins también fueron la primera franquicia deportiva en establecerse en la zona de Miami e incluso en todo el estado de Florida.
George Wilson fue nombrado el primer head coach en la historia de los Delfines, pero terminó un periodo de 4 años tras concluir la temporada 1969 con un pobre registro de 15-39-2.
Sin embargo, esos no fueron años desperdiciados, ya que paulatinamente fueron agregando talento como el quarterback Bob Griese en 1967, el corredor Larry Csonka en 1968 y el guardia Larry Little en 1969, quienes fueron los líderes durante los años de campeonatos de los Delfines y los 3 están en el Salón de la Fama en Canton, Ohio.
La transición de perder a ganar tardó sólo una temporada. En 1970, con el joven entrenador en jefe, Don Shula, quien había sido negociado de Baltimore Colts, lideró a los Dolphins a obtener un boleto como equipo comodín en los playoffs de la AFC con marca de 10-4.
Miami se convertiría en el primer equipo en llegar a 3 Super Bowls de forma consecutiva, tras obtener el Campeonato de la AFC en 1971, 1972 y 1973.
Además, Miami fue el segundo equipo en lograr un bicampeonato de Super Bowl, tras alzar el Trofeo Vince Lombardi con la victoria sobre Redskins en la edición VII y posteriormente en un desmantelamiento por completo de Minnesota 24-7 en el Super Bowl VIII. El profundo Jake Scott fue el MVP del primer Super Domingo ganado y Csonka en la victoria sobre Vikings.
La marca combinada de Miami en 1972 y 1973 fue de 32-2, la más alta en la historia de la NFL, y de 1970 a 1974, perdieron sólo 15 juegos, empataron 1 y ganaron 65.
En 1972, Miami ostentó la ofensiva #1 y la defensiva #1 de la NFL, y en ese mismo año Csonka (1,157 yardas) y Mercury Morris (1,000 yardas) se convirtieron en la primera pareja de corredores de un mismo equipo que rebasaban las 1,000 yardas en la misma temporada, un hecho que sólo se ha logrado en otras 5 ocasiones.
Nadie puede afirmar lo que hubieran logrado los Dolphins si 3 de sus grandes estrellas, los corredores Csonka y Jim Kiick y el receptor Paul Warfield, no hubieran dejado al equipo del Sur de la Florida para firmar en la World Football League después de la temporada 1974.
Shula fue el coach perfecto durante 26 temporadas para Miami. En 1993 rebasó la marca de más victorias de por vida que tenía George Halas de 324, y cuando se retiró Shula en 1995, dejó la cifra en 347.
Los Delfines ganaron 13 títulos de la División Este y 5 campeonatos de la AFC bajo la dirección de Shula, quien supo adaptarse a la evolución del fútbol americano profesional. Primeramente, con un ataque terrestre formidable con la tercia de Csonka, Kiick y Morris, y un juego aéreo limitado con Griese, Warfield y Jim Mandich durante los años 70s, y una defensiva estelar, que fue apodada “No Name Defense” (La Defensiva Sin Nombre), porque no había grandes estrellas, pero todos eran igual de eficientes. Ese grupo era encabezado por el linebacker Nick Buoniconti, los frontales Manny Fernandez, Vern Den Herder y Bill Stanfill, otros linebackers como Doug Swift y Bob Matheson, y una secundaria especial, encabezada por Tim Foley, Dick Anderson y Scott.
Posteriormente, a inicios de los 80s, Shula encontró el éxito con un joven quarterback llamado David Woodley y un relevista de lujo como Don Strock, en caso de que se requiriera, formando el tándem de pasadores conocido como “Woodstrock” que le dio varios triunfos importantes a los Delfines en 1981 y 1982, incluso llevando a Miami a su 4ª aparición en el “Juego Grande de la NFL”.
Woodley y Strock eran respaldados por un ataque terrestre y un juego aéreo balanceados, con los corredores Tony Nathan y Andra Franklin, y los receptores Jimmy Cefalo, Nat Moore y Duriel Harris.
La defensiva #1 de la NFL en 1982, y una de las mejores en los años 80s, fue conocida como “Killer Bees” (Las Abejas Asesinas, en honor a una película de la época), y debido a que hasta 9 de sus 11 jugadores titulares tenían apellido que iniciaba con la letra “B”. Los apodos son recordados en la historia cuando se hacen las cosas bien y hay gente con talento, y era el caso de los frontales Bob Baumhower, Doug Betters y Kim Bokamper, los linebackers Jay Brophy, Bob Brudzinski, Jay Bowser y Mark Brown, y los profundos, los hermanos, Lyle Blackwood y Glenn Blackwood. Además de los jugadores con “B”, figuraban los cornerbacks Williams Judson y Don McNeal, y el multifacético A.J. Duhe, quien era el centro del sistema del coordinador defensivo, Bill Arnsparger, considerado uno de los genios defensivos de todos los tiempos.
Miami terminó con marca de 7-2 en una temporada recortada por una huelga, obtuvo 3 triunfos en postemporada sobre New England 28-13, sobre San Diego 34-13 y sobre los Jets 14-0 para ganarse su boleto en el Super Bowl XVII, donde para su mala fortuna salieron del lado perdedor al caer 27-17 ante Washington, no sin antes dar una férrea batalla hasta el 4º cuarto.
Woodley se combinó con Cefalo en un bombazo de 76 yardas en el 1er cuarto y poco antes del medio tiempo, Fulton Walker implantó una marca de Super Bowl al devolver un kickoff 98 yardas para touchdown. En el 4º cuarto, Bokamper tuvo la oportunidad de concretar una intercepción, pero el pasador de Redskins, Joe Theismann, le tiró el balón de las manos.
Siendo subcampeón, Miami tendría su primera oportunidad de seleccionar en el NFL Draft 1983 hasta la posición 27. Nadie hubiera imaginado que el quarterback de Pittsburgh University, Dan Marino, estuviera disponible en ese momento. Shula no titubeó y lo reclutó.
Ni Woodley, ni Strock, ni ambos juntos, pudieron evitar que Marino fuera titular a unos juegos durante su temporada de novato. En la Semana 3, vio acción en un juego de Lunes por la Noche ante Los Angeles Raiders en el cual lanzó para 2 touchdowns y para la Semana 6, Shula lo nombró el titular, puesto que nunca más perdió en su carrera.
En 1984, Marino tuvo la mejor temporada registrada en la historia para un quarterback, convirtiéndose en el primero en rebasar las 5,000 yardas y los 40 touchdowns, terminó con 5,084 yardas y 48 anotaciones. Lideró a Miami a una marca de 14-2, fue el MVP de la campaña y llevó a los Delfines hasta el Super Bowl XIX.
Los Dolphins fueron superados por San Francisco de Joe Montana 38-16 y nadie hubiera pronosticado que justamente ese domingo de enero de 1985, sería la última ocasión que Shula y la única que Marino estuvieran en el Super Domingo.
Marino y los Delfines tenían una ofensiva espectacular por aire que revolucionó a la NFL y a la forma de jugar la posición de quarterback. Figuras como los receptores Mark Clayton y Mark “Super” Duper eran un dolor de cabeza para todos los equipos rivales.
Otros receptores que lucieron en los años de Marino fueron Mark Ingram, Tony Martin, Irving Fryar, Moore, Cefalo, Oronde Gadsden y O.J. McDuffie.
Joe Robbie murió en 1990, su hijo Tim se hizo cargo del equipo, pero durante algunos problemas financieros de los Delfines, el empresario del Sur de Florida, Wayne Huizenga, adquirió el 15 por ciento de la franquicia y del estadio.
El padre de Huizenga llegó a Florida de Chicago con su familia y era contratista de construcción generando negocios redituables para la familia. Wayne Huizenga comenzó el negocio de la recolección de basura en el área de Miami/Fort Lauderdale, tal como lo hizo su abuelo en Chicago en 1894, y fundó Waste Management, luego fue dueño y copropietario de Blockbuster Video y de Auto Nation.
Wayne Huizenga fue el dueño original de Florida Marlins de la Major League Baseball y de Florida Panthers de la National Hockey League, así como de Sports Channel Florida en 1996 para transmitir los juegos de sus equipos. En 1994, el cuñado de Huizenga intentó comprar el Miami Heat de la National Basketball Association, pero no lo logró.
Huizenga compró el resto de Miami Dolphins por 115 millones de dólares en 1994 para ser el dueño absoluto de la franquicia. En 2008, vendió la mitad del equipo a Stephen M. Ross, y en enero de 2009, otro 45 por ciento, quedando con un 5 por ciento, el cual todavía le pertenece a su familia en la actualidad, tras su muerte en 2018.
Tras varios intentos de los Delfines y fracasos en postemporada, Shula finalmente se retiró en 1995, y en una de esas excepciones del Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional, fue entronizado en Canton en 1997, tan sólo 2 años después.
Huizenga contrató al entrenador en jefe más cotizado del momento, Jimmy Johnson, además de darle el puesto de gerente general, encontrando talentos como Jason Taylor y Zach Thomas, que el primero ya está en el Salón de la Fama y es cuestión de tiempo para que Thomas también lo haga.
Johnson había logrado un bicampeonato con Dallas 3 años antes, y había sido campeón colegial en University of Miami a finales de los años 80s.
Miami encontró cierto éxito de la mano de “JJ”, calificando a postemporada en 3 de las 4 temporadas que estuvo al frente, sin embargo, cada año fueron derrotas más dolorosas. En 1997 fue un revés 17-3 ante Patriotas, en 1998 una paliza 38-3 ante Denver y en 1999 un humillante 62-7 ante Jacksonville. Johnson renunció al día siguiente.
La temporada 1999 fue muy difícil en Miami, con lesiones de Marino a sus 38 años de edad, mientras que Johnson ya hablaba de enviarlo a la banca para colocar a Damon Huard. La campaña terminó en una división clara entre Marino y Johnson y con un resultado vergonzoso para el largo historial ganador de la franquicia.
Marino terminaría retirándose unos meses después, siendo el líder pasador de todos los tiempos en yardas, touchdowns, completos e intentos, siendo el primero en llegar a las 61 mil yardas y rebasar los 400 pases de anotación. Entraría al Salón de la Fama en 2005.
Desde entonces, la franquicia ha pasado por momentos muy erráticos, no ha encontrado un entrenador en jefe de calidad y mucho menos un quarterback consistente.
Johnson dejó a su protegido, Dave Wannstedt a cargo en el año 2000, e iniciaría así un nueva era, un nuevo milenio para los Delfines.
Tras 2 apariciones en playoffs y algunos años regulares, Wannstedt se hizo a un lado en 2004, para que en la campaña siguiente, Huizenga contratara a un head coach de mucho renombre colegial, con experiencia en la NFL y que hacía suponer daría estabilidad y otra época ganadora a los Dolphins, Nick Saban.
Tan sólo permaneció un par de años en el cargo, porque Saban prefirió regresar al fútbol americano colegial para dirigir a Alabama a partir de la temporada 2007 dejando un trabajo inconcluso en el Sur de Florida y varios corazones partidos entre la afición que habían cimentado sus esperanzas en alguien que les mintió viéndolos a los ojos.
Miami experimentó en 2007 con Cam Cameron, quien nunca había sido entrenador en jefe, pero que había forjado su nombre como un gran genio ofensivo. Resultó un fracaso este intento con el registro más malo de los Delfines con tan solo 1 ganado por 15 perdidos.
A finales del peor año en la historia de la franquicia y previo a consolidar la venta del equipo de Huizenga a Ross, los Delfines contrataron a Bill Parcells como su vicepresidente de operaciones de fútbol americano. De inmediato firmó a Jeff Ireland como su gerente general e hicieron lo propio con Tony Sparano como su head coach.
Miami sorprendió al mundo en 2008 cuando presentaron la formación “Wildcat” con la combinación de los corredores Ronnie Brown y Ricky Williams, en un partido que humillaron 38-10 a New England en su estadio. Ese mismo año, los Dolphins obtuvieron el título de la División Este de la AFC y regresaron a playoffs por vez primera en 7 temporadas, después de que habían estado en 9 de 12 años entre 1990 y 2001.
Ross también se encargó de generar un espectáculo alrededor de los Dolphins, ofreciendo partes minoritarias del club a celebridad del Sur de Florida como las tenistas hermanas Venus y Serena Williams, el productor Emilio Estefan, el cantante Marc Anthony y la vocalista Fergie.
Parcells se fue en 2010, Sparano en 2011 y Ireland en 2013, y Ross se dedicó a armar el equipo con un equipo muy cercano a él, que incluía a Dan Marino como su asesor directo.
Tanto Joe Philbin como Adam Gase se fueron con marca perdedora en periodos similares. A pesar de algunos resultados esporádicos, no hubo grandes figuras, quizá lo más destacado sería el quarterback Ryan Tannehill, el ala defensiva Cameron Wake y el profundo Reshad Jones.
El control quedó en manos de Brian Flores, un exasistente de Bill Belichick en los Patriots, así como del gerente general Chris Grier.
Los Dolphins jugaron originalmente en el Orange Bowl en Miami, y en 1973, después de la “Temporada Perfecta” los Dolfans rompieron el récord de la NFL de compra de boletos para toda la temporada con 74,961. El viejo Orange Bowl fue sede de 5 Super Bowls y finalmente fue demolido para la construcción del nuevo parque de béisbol modernista de los Miami Marlins.
Pero el sueño eterno de Robbie era construir su propio estadio, el cual se hizo realidad el 16 de agosto de 1987, cuando presentó un nuevo y moderno estadio con capacidad para 73,000 personas, el cual fue llamado Joe Robbie Stadium hasta 1996, cuando Huizenga le quitó ese nombre y uno de los primeros patrocinios en nombre de estadios en la NFL se hizo presente con Pro Player Park (1996), cambiando una vez más su nombre a Pro Player Stadium (1996-2005).
Al no encontrar otro patrocinio, Huizenga lo nombró Dolphins Stadium (2005-2006), luego nada más Dolphin Stadium (2006-2009).
Ross se encargó de encontrar patrocinio y fue Land Shark Stadium (2009-2010) y Sun Life Stadium hasta 2016, cuando llegó el nombre de Hard Rock Stadium junto con una serie de renovaciones como un techo sobre la tribuna, pantallas en las 4 esquinas, y asientos más cómodos a pesar de reducir su capacidad.
Hard Rock Stadium ha sido sede de 6 Super Bowls, (XXIII, XXIX, XXXIII, XLI, XLIV y LIV).

CONTINUARÁ …