Los Vaqueros son los eternos protagonistas de la NFL

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DALLAS COWBOYS

En 1960, Dallas Cowboys se convirtió en el primer equipo nuevo de la NFL en ser exitoso desde el colapso de la All-America Football Conference 10 años atrás con Cleveland Browns.
Clint Murchinson Jr. era el dueño mayoritario de la franquicia y lo primer punto en la agenda fue contratar a Tex Schramm como gerente general, Tom Landry como su head coach y Gil Brandt como director de personal.
Este trío estaba destinado prácticamente para un éxito sin precedentes en el mundo del fútbol americano profesional. Sin embargo, los “años de gloria” no llegarían fácil y rápidamente.
Los Vaqueros jugaron en el histórico Cotton Bowl inicialmente, pero en su primer año de existencia no obtuvieron triunfo alguno y se conformaron con 1 empate en 12 partidos y tuvieron que transcurrir 6 temporadas (1965) para que esta nueva franquicia pudiera tener marca por arriba de .500 en su porcentaje de victorias.
A partir de ese momento, ya no verían para atrás… con algunas excepciones muy extrañas.
En 1966, los Cowboys comenzaron una racha que es récord de la NFL con 20 temporadas ganadoras de forma consecutiva. Esta racha incluyó 18 años en los playoffs, 13 campeonatos divisionales, 5 viajes al Super Bowl y 2 campeonatos en las ediciones VI y XII del Super Domingo.
Dallas ganó sus primeros campeonatos divisionales en 1966 y en 1967, aunque al final de dichas campañas, los Green Bay Packers de Vince Lombardi los eliminaron en el Juego de Campeonato de la NFL haciéndoles pagar su juventud.
Vinieron otras derrotas semejantes ante Cleveland Browns en 1968 y 1969 durante la postemporada, hasta que finalmente se pudieron quitar un mote que les azotaba en los años 60.
“El campeón del año siguiente” parecía quedar en el olvido. Fue la edición V del Super Bowl en la cual un pateador jovencito de nombre Jim O´Brien le dio el partido y el campeonato a una franquicia con mayor historial, Baltimore Colts, que había dejado la NFL para irse a la recién integrada Conferencia Americana (AFC) con los equipos de la AFL. Baltimore ganó 16-13 para ser campeón en 1970 y el calificativo de todos los medios nacionales en Estados Unidos era que “los Vaqueros es un buen equipo que no puede ganar los juegos grandes”.
Finalmente en 1971 encontraron una identidad con un quarterback que ejemplificaba la esencia de la posición y de lo que era realmente estadounidense. Roger Staubach, egresado de la Academia Naval, cumplió sus años de servicio militar, luchó en la Guerra de Vietnam y a su regreso a América se convirtió en todo un símbolo del Equipo de la Estrella Solitaria.
Staubach le ganó muy fácil el puesto titular en 1971 a Craig Morton y lideró a los Vaqueros hasta el Super Bowl VI, donde Dallas dejó de ser el equipo campeón del año siguiente. Sacaron ventaja de un conjunto joven e inexperto como los Miami Dolphins para vapulearlo 24-3, siendo hasta el momento la menor cantidad de puntos de un equipo en Super Bowl.
“Roger The Dodger” por su habilidad para esquivar defensivos, algunos lo llamaban “Capitán América”, pero el nombre que a nadie se le olvidaría era justamente el de Staubach, y mucho menos cuando fue nombrado el MVP del Super Bowl, uniéndose a Bart Starr, Joe Namath y Len Dawson como los únicos quarterbacks hasta ese momento en ser designados el Jugador Más Valioso del partido que definía el campeón de la NFL.
A pesar de ya no ser el eterno perdedor de juegos importantes, tuvieron algunos tropiezos nuevamente en juegos importantes de postemporada ante Washington Redskins y Minnesota Vikings.
El Super Bowl X los esperaba nuevamente, pero ante una nueva potencia de la AFC, un equipo con el que han disputado 3 Super Tazones en total, los Pittsburgh Steelers. A pesar de contar con un gran equipo y buenos momentos en dicho encuentro, los Acereros alzaron el Trofeo Vince Lombardi por segunda ocasión dejando a Dallas en tan sólo uno y con muchas críticas nuevamente.
Peor aún en 1976, cuando Los Angeles Rams los eliminó de los playoffs y varios de los estrellas se estaban haciendo jugadores “viejos”.
Landry, Staubach y la Defensiva del Juicio Final (Doomsday Defense) querían escribir otra historia ganadora de los Cowboys. Se cobraron revanchas ante Minnesota y Los Angeles en la postemporada para ganarse su boleto al Super Bowl XII.
Un viejo conocido, Craig Morton, y unos sorprendentes e inexpertos Denver Broncos pagarían los platos rotos y Dallas los masacró 27-10 en el primer Super Bowl en un estadio techado, el Louisiana Superdome en New Orleans.
Ahí no brilló Staubach, ni el corredor novato Tony Dorsett, sino la defensiva que logró recuperar 8 veces el balón y 4 sacks, 2 de ellas por parte de Harvey Martin y 1 más por conducto de Randy White.
Así como Howley fue y ha sido el único MVP de un equipo perdedor de Super Bowl, los Cowboys también ostentan el dato raro de que es el único Super Bowl en el que se han designado a dos MVP: Martin y White.
Los Vaqueros de 1978 llegarían al “Juego Grande” por quinta ocasión en 8 temporadas. Volverían a encontrarse a los Steelers, irónicamente otra vez en el Orange Bowl de Miami, Florida, estadio en el que jugaron 3 de sus 5 Super Bowls en los años 70.
La diferencia era que Dallas llegaba en esta ocasión como el campeón defensor y Pittsburgh no, el Orange Bowl tenía pasto natural y no sintético como en la edición de 3 años atrás.
El duelo Staubach vs Terry Bradshaw, ambos portando el número 12, ha sido de los más anticipados en la historia del Super Bowl. Así como en la anterior, el ganador sería 2 veces campeón, en esta edición, sería el primer ganador de 3 Super Bowls.
Con todo eso en juego, y una gran cantidad de futuros Hall of Famers en ese partido, además de que los Cowboys tenían la ventaja 14-7 en el 2o cuarto, a partir de ese momento todo fue amarillo y negro y para el 4o cuarto ya estaban abajo 35-17 con un partido y un campeonato prácticamente definido.
El orgullo de Staubach, e incluso una patada corta recuperada por el propio pateador, de origen mexicano, Rafael Septién, Dallas luchó hasta los últimos segundos con todo su talento y pundonor.
Jackie Smith no debería ser nombrado en la historia de los Vaqueros ya que dejó caer un pase de las manos totalmente desmarcado en la zona de anotación que pudo empatar el partido, en cambio, se conformó Dallas con un gol de campo para el 21-17 y Pittsburgh fue contundente.
La historia no destaca a los perdedores, pero incluso los Cowboys en sus derrotas mostraron esa clase que brotaba de las entrañas de Tom Landry.
Durante los años 70, los Vaqueros tuvieron estrellas de alto calibre, muchos inmortalizados en Canton, Ohio como el tackle Rayfield Wright, los tackles defensivos Bob Lilly y Randy White, el back defensivo Mel Renfro y el corredor Tony Dorsett.
Además de otros grandes como Ed “Too Tall” Jones, Cliff Harris, Charlie Waters, Mike Renfro, Billy Joe DuPree, Robert Newhouse, Tony Hill, Drew Pearson, entre otros.
Y no se puede dejar de lado el staff de asistentes que armó y desarrolló Landry con nombres como Mike Ditka y Dan Reeves, ambos futuros head coaches destacados en la NFL.
En 1967, Murchinson anunció que los Cowboys construirían su propio estadio en la ciudad de Irving, Texas, muy cerca de Downtown Dallas (centro de Dallas). Una nueva era comenzó para los Vaqueros el 24 de octubre de 1971 cuando se inauguró el Texas Stadium con una capacidad para 65,024 espectadores.
Como todos los grandes equipos, se crean leyendas y tradiciones. Los jugadores y los aficionados decían que el Texas Stadium tenía un hoyo sobre el campo de juego para que “Dios viera jugar a sus Dallas Cowboys”.
Con tantas estrellas y apariciones en playoffs y en Super Bowls, el video anual de NFL Films que hace de cada equipo, nombró el de esta franquicia en 1978, “The Dallas Cowboys, America´s Team” (El equipo de América), haciendo alusión a su popularidad y preferencia más allá del norte de Texas.
Ese nombre, que por cierto no agradó al resto de la NFL y hasta la fecha siguen debatiendo si los Vaqueros merecen ser nombrados el equipo de toda un nación o no, representó una punta de lanza para la proyección de este equipo como negocio y marca reconocida en el deporte mundial.
Esa imagen la promovió a la perfección The Dallas Cowboys Newsweekly (Semanario de los Vaqueros de Dallas) con una circulación de 100,000 ejemplares, e incluso difusión en español en México, ya que los partidos en los años 60 que se veían casi exclusivemente al sur del Río Bravo eran justamente de los Vaqueros.
Además del “Equipo de América”, la venta de mercancía o souvenirs del equipo, la imagen de grandeza de Texas, así como colores muy sobrios al estilo de Landry y el que presumiblemente era el mejor grupo de animación de los años 70s y 80s de la NFL, con las Vaqueritas de Dallas serían ganchos para captar aficionados en el mundo, con constantes apariciones en playoffs y Super Bowls en los años 70s.
Al terminar la temporada 1979, Staubach anuncia su retiro del fútbol americano profesional y Danny White toma el comando de la ofensiva. Dallas siguió siendo un equipo altamente competitivo, pero regresaron los años del “ya merito”.
En 1980, 81 y 82, los Cowboys perdieron el Juego de Campeonato de la NFC ante Philadelphia Eagles, San Francisco 49ers y Washington Redskins respectivamente. La gran generación de jugadores de la década previa se hicieron veteranos y llegaría una sequía de finales de conferencia, ya ni mencionar de Super Bowls.
Los Vaqueros sufrieron su primera temporada perdedora en 2 décadas en 1986 y se fueron al fondo de la liga en 1988 con un paupérrimo 3-13 que no veían desde su primer año de existencia.
H.R. “Bum” Bright le compró la franquicia a Murchinson en 1984, pero en 1989 ya se lo había traspasado a Jerry Jones.
La era Landry se acercaba a su final. Las actitudes del nuevo dueño, un joven multimillonario forzando a que se retirara la leyenda que creó la imagen de los Dallas Cowboys que todos conocemos y prácticamente sacándolo por la puerta de atrás, hizo suponer a más de uno que vendrían años tenebrosos para los Vaqueros.
Landry terminó su carrera con 270 victorias, la tercera mayor cantidad para cualquier entrenador en ese momento y obviamente teniendo los merecimientos de sobra para ser entronizado al Salón de la Fama del Fútbol Americano Profesional.
Jones llamó a su compañero de universidad Jimmy Johnson, quien había sido un head coach exitoso con los Huracanes de la Universidad de Miami en los años 80s.
Las críticas fueron en aumento por el amiguismo entre dueño y head coach y una temporada para el olvido de 1989 con marca de 1-15 no ayudaban a la causa de la franquicia.
Los triunfos no llegaban, pero Johnson orquestó el Trade más grande en la historia de la NFL cuando envió al superestrella corredor Herschel Walker a Minnesota Vikings, y aprovechó todos los picks del Draft que obtuvo y su conocimiento del talento colegial que había visto en sus años como coach de The U, fue armando un equipo sólido con mucho potencial.
Jimmy Johnson aprovechó sus selecciones colegiales, entre las que eligió a Troy Aikman y a Emmitt Smtih, entre muchos otros jugadores que serían claves durante las siguientes 6 o 7 temporadas.
El último año de Landry, Dallas había seleccionado a un exjugador de Jimmy Johnson en los Hurricanes, Michael Irvin, un receptor con muchas aptitudes y flamante con una personalidad muy extrovertida.
En 1990, Dallas comenzó a encontrar su nueva identidad con Jerry & Jimmy y ganaron 7 partidos, pero para la siguiente campaña se metieron a playoffs con 11 triunfos, aunque ahí fueron despachados rápidamente por Detroit Lions.
A partir de ese momento, Dallas perdería sólo 1 juego en las siguientes 4 postemporadas, se coronaría 3 veces campeón en 4 años, algo inédito en la era del Super Bowl.
Dallas registró su mejor marca en temporada regular con 13 ganados en 1992 y culminaron con una actuación dominante en el Super Bowl XXVII al apalear 52-17 a Buffalo Bills. Troy Aikman sería el segundo QB de Cowboys en ser nombrado el MVP del Super Bowl, al lanzar para 4 pases de touchdown y la defensiva se encargó de sumar 2 touchdowns (que pudieron ser 3, pero Leon Lett no quiso) y recuperar 9 veces la posesión del balón.
El maltrato a Landry ya se había olvidado. Dallas vivía una nueva era ganadora con figuras totalmente distintas.
En la edición XXVIII, volvieron a enfrentase a los Bills. Esta ocasión fue distinta, porque estaban en desventaja 13-6 al medio tiempo, pero la defensiva aportó su parte cuando James Washington devolvió un fumble de Thurman Thomas para touchdown y empatar el juego.
Emmitt Smith anotaría 2 veces para sellar otra convincente victoria 30-13 sobre Buffalo y le valdría para ser designado el MVP del encuentro.
Dallas empataba a Pittsburgh Steelers y San Francisco 49ers como los únicos equipos con 4 campeonatos de Super Bowl en ese momento.
Todo era miel sobre hojuelas, pero la desafortunada declaración de Jerry Jones sobre de que cualquier entrenador hacía campeones a esos Cowboys, no le cayó nada bien al ego de Jimmy Johnson, y vino la separación que nadie imaginaba días antes cuando levantaban juntos el Trofeo Vince Lombardi que los acreditaba como campeones.
En marzo de 1994, Jones acudió a otro viejo conocido del fútbol americano colegial. Barry Switzer fue contratado para remplazar a Jimmy Johnson y ser el 3er head coach en la historia de la franquicia. Las críticas fueron tremendas nuevamente.
Ese mismo año, estos Vaqueros perdieron por vez primera ante unos 49ers de George Seiffert, Steve Young y Jerry Rice en la Final de la NFC.
Para el año siguiente, Jerry Jones firmó a Deion Sanders, quien había sido campeón con los 49ers el año previo. Los Cowboys estaban listos para enfrentar otra vez a San Francisco por el boleto al Super Bowl, pero los dejó en el camino Green Bay Packers y Dallas simplemente fue muy superior para convertirse en el primer equipo en aparecer en 8 Super Bowls.
En el primer Super Bowl en Arizona, los Cowboys se encontraron un viejo conocido, quizá un archirrival, los Pittsburgh Steelers. Esta ocasión, el destino tenía algo positivo preparado para Dallas.
Los Vaqueros tuvieron la ventaja 20-7 y Pittsburgh fue el equipo que tuvo que luchar para venir de atrás. Al igual que Dallas en los 70s, los Acereros lo estaban haciendo notablemente, pero una figura no tan conocida a la defensiva, como Larry Brown, se hizo presente con un par de intercepciones a Neil O´Donnell en la segunda mitad, las cuales fueron selladas con sendos touchdowns de Emmitt, le dieron su quinto campeonato de Super Bowl a las huestes vaqueras.
Brown fue designado el MVP, el cuarto Cowboy, en lograrlo, y Dallas empataba a los 49ers como los únicos pentacampeones de Super Bowl. Dallas se ganó el calificativo de “Equipo de los años 90s” con sus 3 títulos.
En 1998, Chan Gailey remplazó a Switzer, después de que no llevó a los Vaqueros a playoffs en 1997. Pero tampoco Gailey pudo con el paquete y se fue con 2 derrotas de primera ronda de postemporada ante Arizona Cardinals y Minnesota Vikings.
Dave Campo estuvo peor porque ni a playoffs pudo llevar al equipo.
Entonces, Jones acudió a un figurón de la NFL como Bill Parcells para dirigir a Dallas. El “Big Tuna” se fue igual que Gailey, con 2 derrotas en playoffs, aunque dejó bases de una nueva versión de los Vaqueros con un QB Franquicia joven y alocado como Tony Romo.
Jones insistió en contratar a Terrell Owens, uno de los receptores más cotizados en esos años de toda la NFL ante la negativa de Parcells, y surgió otra polémica de Jones con sus coches, cuando Parcells declaró: “si quieren que cocines, al menos que te dejen comprar la comida”.
Jerry Jones firmó a un hombre de Texas como Wade Phillips para ser el head coach en 2007 y los Cowboys empataron su mejor marca de 13 ganados en una campaña, pero comenzaron las fallas de Romo en playoffs y el equipo volvió a sus orígenes de no saber o no poder ganar los juegos importantes. Phillips, hijo del legendario Bum Phillips de los Houston Oilers de los años 70s, al igual que su papá, se quedó corto y tampoco pudo guiar a Dallas al Campeonato de la NFC.
Al ser despedido por Jones a media temporada de 2010, Jones fue con un hombre de familia Cowboy de toda la vida como Jason Garrett, siendo el octavo head coach en la historia de una franquicia.
Garrett ya recibió más paciencia por parte de la familia Jones, quizá porque Stephen Jones, hijo de Jerry, comenzó a involucrarse poco a poco en la toma de decisiones. Sin embargo, los resultados en 10 temporadas fueron los mismos: derrotas desgarradoras en playoffs con 2 triunfos esporádicos y sin poder llegar a la Final de la NFC.
En 2009, Jerry Jones y los Vaqueros inauguraron el estadio más impresionante que había visto la NFL hasta ese momento, sin hacer a un lado, el más caro. El Dallas Cowboys Stadium costó 1 mil 300 millones de dólares y ostentando 2 pantallas de 60 yardas flotando sobre el campo de juego, con capacidad para 100 mil espectadores en ciertas configuraciones, con un techo retráctil y palcos de mucho lujo, en Arlington, Texas, otra población relativamente cercana a Dallas.
En 2016, fue presentado The Star, las instalaciones de oficinas y de entrenamiento del equipo con inversión millonaria.
Desde 1998, la revista Forbes ha comenzado a realizar sus valuaciones económicas a las franquicias, clubes, escuderías deportivas en el mundo, y los Dallas Cowboys han sido el número 1 en todos los años con excepción del año 2000 al 2005 que era el 2o. equipo de la NFL y en 2006 que cayó al 3er sitio.
Los Vaqueros lleva 3 años consecutivos siendo el equipo deportivo de mayor valor en el mundo y fue el primero en rebasar los 6 mil y los 8 mil millones de dólares, incluso por encima de clubes de fútbol soccer como el Real Madrid, Bayern München o cualquier equipo inglés.
Garrett dejó un equipo con nuevos líderes como Dak Prescott y Ezekiel Elliott, y los Jones eligieron a Mike McCarthy como su nuevo head coach. McCarthy hizo campeón de los Empacadores en la temporada 2010 cuando irónicamente el Super Bowl se efectuó en el “Palacio de Jerry Jones”.

CONTINUARÁ …